PRÓXIMO CURSO: USEMOS EL SENTIDO COMÚN

Veo la prensa con un lío de narices con el tema del comienzo del nuevo curso. Las familias con miedo al contagio pero preocupadas por la conciliación. Los profes sin directrices concretas, sin norte, con exigencias y sin rumbo. La Administración, que se va de vacaciones y allí os apañéis…

Y digo yo. ¿Por qué no usamos el sentido común? Me voy a referir a Primaria porque Infantil y Secundaria está la cosa más clara. Vamos a ver. Los niños ¿a qué van al cole? A aprender. Guay. ¿Y cómo se aprende mejor? Pues como dicen las neurociencias (ver mi lista de reproducción “neuroeducación” para más detalle).

Por un lado tenemos que se aprenden mejor los conceptos cuando se le explican a otra persona. Vale, pues allí ya tenemos una clave: montamos grupitos para que se expliquen unos a otros las cosas.

Por otro lado, sabemos que los conceptos se fijan más establemente si se aplican de forma práctica una y otra vez. Bien, pues que las aulas (y todos los espacios posibles del cole para evitar aglomeraciones) se conviertan en laboratorios donde poner en práctica los conceptos que previamente se hayan tenido que descubrir, bien a través de libros, documentos, internet, preguntando a los abuelos… Mientras le cuento a los demás de mi grupo lo que he descubierto, lo ponemos en práctica y entre todos construimos en conocimiento.

Un ejemplo. Imaginar que tenemos a toda primaria montada con grupos mixtos: dos niños de primero, dos de segundo y dos de tercero, por ejemplo. Planteamos un proyecto, un problema a resolver. Por ejemplo: ¿para qué sirve multiplicar? Los de tercero ya lo saben, claro, pero han de enseñarles a los peques a través de diferentes juegos previamente diseñados por el profesorado. Así se aprende a multiplicar de diferentes formas, se aprende la técnica. Después se va uno al taller de los números que es un aula habilitada para aplicar las mates, que puede constar de varios rincones: un supermercado con su caja registradora, una oficina con calculadoras, una play, tablets con juegos matemáticos… Allí, cada niño debe ir resolviendo diferentes actividades de dificultad creciente durante u tiempo. El profe vigila que todos vayan avanzando, cada uno a su ritmo, ayuda en las dudas y anota los avances individuales. En otro momento este grupo se va a un supermercado, debiendo comprar x cosas sin gastarse más de x dinero.

Y así con todos los conceptos curriculares. La evaluación simplemente detalla el nivel que ha conseguido cada niño dentro de cada actividad. Como están mezclados por edades, no hay comparaciones, cada uno lleva su propio ritmo ya que los logros del grupo les sirven a todos y los individuales son de cada uno.

Fácil, ¿no?

Lo único es que claro, hay que diseñar actividades chulas para cada materia, graduadas por niveles y hacer un buen diseño de seguimiento para ver los avances y regular los aprendizajes de forma que se respete el ritmo de cada niño.

Yo lo hice para todo el ciclo de infantil, junto con el alumnado de dos cursos seguidos de la facultad de educación de Huesca. Aquí os lo dejo: https://estherclaver.com/wp-content/uploads/2020/05/AULA-INCLUSIVA-ISBN.pdf

El diseño está ahí. Lo que pasa es que a la hora de ejecutar, nos topamos con el típico tema de quién debe hacerlo. El Ministerio dice que las CCAA, éstas que los centros y en los centros se supone que son los directores los que han de resolver.

Y ¿quién son los directores de centros públicos (la concertada funciona diferente)? Pues son funcionarios de carrera, con al menos 5 años de antigüedad como funcionario docente en el centro que dirige. Además debe haber hecho un curso de capacitación para la función directiva.

En ese curso se supone que aprenden a “organizar todos los recursos de los que dispone el centro (materiales y humanos) para lograr implementar el proyecto educativo del centro y conseguir un buen nivel de satisfacción de todos los miembros de su comunidad educativa” (educaweb.com).

Bien, pues se supone que todos los centros públicos tienen en su equipo al menos una persona que va a ser capaz de diseñar espacios, horarios y procesos de enseñanza. Además se le suponen habilidades de liderazgo para fomentar un buen ambiente laboral.

¿Qué está impidiendo que lo hagan? ¿en realidad aprenden algo en esos cursos? ¿tienen equipos docentes adecuados para pensar alternativas? ¿son realmente capaces de coger el relevo que les da por fin la administración? Me sorprende que ahora se quejen de que tienen la autonomía que tanto reclamaban en el pasado.

¿Será que el Ministerio realmente les ha dado unas bases a partir de las que es imposible diseñar nada parecido a lo que otros proponemos?

Muchas incógnitas sin resolver.

Lo que sí está claro es que nadie le pone el cascabel al gato. Y así nos va.

#ungestocambiatuvida

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