(mira el vdo)
En otras pildorillas hablo de los mitos familiares y por qué es tan importante que los tengamos en cuenta. También he analizado cómo esos mitos consiguen que te conviertas en una sombra de tu familia, sin posibilidad de tener una identidad propia. De ahí la imagen de Peter Pan luchando con su sombra. O la sombra luchando por huir de Peter Pan, según se mire.
Para seguir con la metáfora, la sombra serías tú, anclado en el mito familiar sin poder tener tu propia identidad. El mito sería Peter Pan, inamovible en su idiosincrasia.
Un ejemplo de mito familiar sería el que se disfraza de tradición, esas cosas que se hacen en casa “de toda la vida” y que definen a la propia familia, como por ejemplo el tema del éxito académico que nombraba en el ejemplo de otra pildorilla: “en mi familia, menos de un notable es un fracaso”. La intención es buena, pero llevado a extremos, invalida la posibilidad de búsqueda y desarrollo de la propia identidad de los miembros más jóvenes. O eliges ser sombra o, si quieres tener una identidad propia, aunque no te guste, eliges rebelarte y pasar directamente a ser la oveja negra familiar.
Este es el peligro, ya que elegir ser oveja negra puede ser positivo si realmente la identidad elegida pertenece a tu elección de vida real. Pero si solo es por rebeldía, ahora tienes dos problemas: la lucha de tu sombra y la necesidad de cambiar tu identidad. Así, tu adolescencia puede alargarse hasta extremos peterpaneros. Poca broma.
Para acabar con esta situación, mi opinión es que, a pesar de que hay autores que lo desaconsejan (Boszormenyi Nagy, 1973; Sierling, 1978; Ausloos, 1995), lo mejor es confrontar los mitos. Pero confrontarlos no de cualquier forma, sino al más puro estilo Minuchiano (Minuchin, 1977).
Me explico: el mito familiar forma parte de la estructura de la familia, es como uno miembro más que cumple una función determinada. Siguiendo con el ejemplo de los estudios, el mito serviría para garantizar de alguna forma que vas a conseguir lo que en esta familia se considera éxito.
Entonces, empecemos “confrontando” a ese miembro de la familia para que deje de tener tanto poder. Pero de forma progresiva, nada de entrar en conflictos, claro.
Se ha de intentar que la familia tenga formas alternativas de interactuar, dejando al mito en el lugar que le corresponde. Fijaos que no digo que se le niegue la existencia o su función (eso es imposible), sino que ocupe el lugar que le corresponde.
Se trata de tener una visión del mundo más flexible, donde, para ser tú, no necesites adoptar posturas destructivas para ti. Se trata de que tu familia sea el sitio donde se te acepte tal y como eres, donde tu proceso de descubrimiento de lo que eres o quieres ser sea respetado y acompañado.
Si Peter Pan hubiese sido flexible, su sombra no le hubiese traicionado. Pensarlo.
#ungestocambiatuvida
Referencias:
Ausloos, G. (1995): Las capacidades de la familia. Barcelona: Herder.
Boszormenyi-Nagy, I. y Spark, G. (1973): Invisible loyalties. Reciprocity in intergenerational family therapy. New York: Harper and Row.
Minuchin, S. (1977): Familias y terapia familiar. Barcelona: Granica
Stierlin, H. (1978): Delegation und familie. Francfort: Suhrkamp.
