¿QUÉ TIPO DE PAREJA SOIS?

La pareja es un sistema humano, y como tal funciona según una serie de mecanismos autorreguladores que intentan mantener su estabilidad. Y eso influye en la crianza de los hijos, claro.

¿Te gustaría saber qué pasa en la tuya? Pues fíjate en lo que te cuento a continuación y define tu caso concreto, que puede ser mezcla de algunos, no busques una identificación con un tipo en concreto. Lo de las tipologías es una forma de exponer más que categorías estancas.

Hago una adaptación a la descripción que hizo Goldberg en su día (Goldberg, B., 2006) y dos clases: con hijos y sin hijos.

Sin hijos:

– Los “parásitos”: son esas parejas que han dejado todo por su relación, que han dejado a sus amigos, que lo hacen tooodo junticos. Llegan a vivir el entorno como una amenaza. Entonces la separación se convierte en algo temible ya que implica la soledad.

– Los “cuatro jinetes del apocalipsis”.  En estas parejas se hacen críticas destructivas, hay actitudes defensivas, desprecio al otro y desbordamiento emocional.  Hay escenas de celos, insultos, agresiones… pero luego está el deseo de la reconciliación.

Con hijos:

– Los “traidores”: son parejas que empiezan bien, pero progresivamente sus creencias y valores se separan y entonces buscan como “aliados” que les den la razón. Por ejemplo, en la crianza de los hijos, cuando hay diferentes conceptos sobre lo que está permitido o no, se buscan alianzas en los abuelos, o en los propios hijos.

– Los “amantes de Teruel”: parejas que tienen una dinámica tan intensa entre ellos, que olvidan las necesidades de los hijos. Lo que pasa es que lo de ser padres les desborda y entonces se vuelven súper exigentes con los hijos.

– Los “heavytrones”: la pareja es un caos y la familia por tanto, también. Ellos se pelean continuamente y al final los hijos han de tomar las riendas de la familia. Eso resta autoridad a los padres con las consecuencias lógicas: descontrol de hábitos, escasa relación parentofilial…

La pareja ideal:

– Tienen capacidad para resolver sus conflictos

– Adecuada sensibilidad a las necesidades de la pareja e hijos

– Equitativa y flexible distribución de responsabilidades

– Cada parte del sistema desarrolla su individualidad (familia, amigos, profesión…)

– Estimulan el crecimiento del otro, sin perder su autonomía.

– No ven en el entorno una amenaza

Y bien… ¿cuál es tu caso?

#ungestocambiatuvida

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