Hace un rato hablaba con uno de mis clientes sobre su tendencia a situarse siempre en el pasado. Se queja de que compara facetas de su vida actual con el pasado, que compara a su pareja actual con las anteriores… y eso le hace sentir nostalgia.
Incluso decía que no se siente con fuerzas de crear una nueva familia porque es como traicionar el recuerdo que tiene de su infancia.
Y bueno, ahora estamos en fechas donde muchas personas sienten añoranza de su infancia, recuerdan a las personas que se han ido… eso es condiciones normales, así es que con las restricciones de la pandemia, mucho más.
Y es que el pasado nos define de alguna forma, claro.
El problema es cuando interfiere demasiado con el presente. Y lo hace cuando nos empeñamos de alguna forma en volver a vivir lo pasado. Por eso mi cliente siente que crear una familia en la actualidad mancillará de alguna forma sus recuerdos del pasado.
Si tu vida presente la vives como peor que lo pasado, allí es cuando la nostalgia pasa de ser algún momento de añoranza que incluso nos arropa dulcemente, a ser un infierno de tristeza y frustración. Si te aferras al pasado… te pierdes el presente.
Y veo mucha gente así ahora. Están esperando que vuelva lo de antes cuando quizá nunca nada vaya a ser como antes.
Consejos:
- Acota el tiempo que le dedicas a la nostalgia. 10 minutos al día, un rato de conversación con alguien… y ya.
- Céntrate en hacer de tu presente, aunque no te guste mucho, algo mejor. Date un capricho todos los días para que tu cerebro espere ese momento.
- No te aburras. Aburrirse es lo que más llama a la nostalgia. Llénate de actividades que te hagan sentir bien: ejercicio, aprender algo…
En definitiva, piensa en el futuro. Pero en un futuro pequeñito, el de corto alcance, ese que puedes controlar tú y no un bicho, ni los políticos ni tus vecinos. Tu contigo.
#ungestocambiatuvida
