A veces sobreportegemos. Lo hacemos supuestamente para que no les pasen cosas malas, para evitar que cometan errores. Pero no les hacemos ningún favor en absoluto, muy al contrario. Cuanto menos autónomos, menos autoestima y por tanto menos felicidad. Mal rollo.

Entonces… ¿Qué hacemos? Pues fomentar su autonomía desde peques, primero, el los primeros años de vida, creando una relación de apego seguro en la que el niño o niña sepa que estás allí y que tu amor es incondicional.

Otra cosa que podemos hacer es aplaudir sus logros, aunque sin exagerar. Los errores hay que analizarlos siempre sede el punto de vista de qué podemos hacer para evitar cometer el mismo error en un futuro o como paliar las consecuencias indeseables que nos ha acarreado.

Y para conseguir eso tenemos que confiar en sus capacidades. Pero de verdad. Centra tu atención en sus fortalezas, no en sus debilidades, empezando or la escuela.

Y por último, acepta sus emociones. Ayúdale a identificarlas y a gestionarlas desde pequeño.

#ungestocambiatuvida