Sabéis una de las emociones que más siente una mujer a lo largo de su maternidad? la culpa.
Nos sentimos culpables por todo lo que les pasa a nuestros hijos.
Y nos pasa porque nos ponemos el listón muy alto: todo tiene que ser perfecto desde que nacen para que nada pueda ir mal. Y claro, con semejante objetivo… ¿quién no fracasa?
Y lo peor es que confundimos esa emoción con la responsabilidad. Así, cada vez que nos vamos a dedicar tiempo a algo que sea diferente a cuidar a los hijos, nos viene la culpa, pero la confundimos con responsabilidad y entonces nos urge hacer algo porque es nuestra responsabilidad. Y cuando esto se lleva a extremos… llegas a olvidarte totalmente de tus propias necesidades y puedes llegar incluso a enfermar.
Por tanto: quítate de la cabeza ese sentimiento de culpa y haz lo que digo siempre: disfruta de conocer a tus hijos, con sus defectos y virtudes, con sus éxitos y fracasos, en toda la gama de emociones que éstos y tu podáis sentir.
#ungestocambiatuvida