MITOS FAMILIARES: POR QUÉ ES IMPRESCINDIBLE QUE SEPAS QUE EXISTEN

Se dice que cada persona es “un mundo” por lo complejo del ser humano. Y la cosa se complica sobremanera cuando hablamos de personas en relación con otras personas, de familia. Allí digamos que la cosa se convierte en un “universo” de complejidad prácticamente imprevisible en sus reacciones. Pero en realidad esto es apariencia, porque las interacciones dentro de la familia no son aleatorias. Existe lo que llamamos una “estructura familiar” (Minuchin, 1977).

Esa estructura la es específica de cada familia y viene definida, por un lado por “leyes universales” (jerarquía, conyugalidad, parentalidad…) y por otro por leyes más específicas de esa familia en concreto que se construyen a partir de tres conceptos relacionados con la organización de las interacciones familiares: roles, reglas y mitos. Analicemos someramente estos conceptos.

Roles y familia

Los roles en la familia son la totalidad de expectativas y normas que la familia tiene respecto a la conducta de sus miembros. La familia asigna roles a sus miembros a través del poder (más o menos autoridad), la instrumentalización (quién hace qué) y el afecto.

Estos roles pueden ser más o menos flexibles. Por ejemplo, el rol de “oveja negra” (sin poder, con acciones erráticas y carente de afecto), puede ser muy evidente en algunas familias y muy sutil en otras.

En las familias funcionales los roles suelen ser lo suficientemente flexibles como para permitir su intercambio entre los miembros a lo largo del ciclo vital de la familia. Por ejemplo, el rol “cuidador” que recae en una madre o un padre, puede ser temporalmente asumido un hijo o alguien de la familia extensa. Sin embargo, en una familia disfuncional la asignación de los roles es tan rígida que no permite el desarrollo evolutivo de alguno de sus miembros. Dos ejemplos:

El hijo (o hija) parentalizado. En algunas familias, por circunstancias, uno de los hijos asume un rol que no le corresponde por situación jerárquica. Es el que les toca asumir, por ejemplo a hermanos “normales” de niños con alguna discapacidad evidente. En mis años de trabajo en una ONG dedicada a la inserción laboral de personas con discapacidad intelectual, fui testigo de muchos casos en los que el cuidado “heredado” de su hermano o hermana con discapacidad (en este caso intelectual), condicionó en gran medida su propio desarrollo, incluso haciendo renuncias vitales importantes.

El chivo expiatorio. Este miembro es el que asume gran parte de lo que de malo le ocurre a la familia. Por ejemplo, un adolescente que atraviesa esa etapa de forma bastante “rebelde”, queda para la posteridad con el rol de asumir que cualquier cosa que pase en la familia viene generada o empeorada por su actitud díscola que se le presupone, la tenga o no. Y eso perdura en el tiempo de forma que casi casi se ve coaccionado a seguir actuando acorde a su rol.

Estos modelos relacionales se transmiten de generación en generación (Boszormenyi-Nagy et al, 1973; Andolfi, 1997). Se tiende a reproducir los roles de las familias de origen. Un ejemplo de ello son los roles de género, aunque precisamente éstos sean los que más personas quieren dejar atrás en sus nuevas familias nucleares.

Las reglas en la estructura familiar

Las reglas son acuerdos relacionales cuya finalidad es la de limitar la conducta de los miembros de la familia para que exista una estabilidad en el sistema (Ríos, J.A., 1984). Un ejemplo de regla sería la de “callar cuando hablan los mayores” o “los niños comen antes”.

Las reglas pueden ser reconocidas y explícitas, como el reparto de tareas en casa o la hora de llegada, pero la mayoría son como acuerdos implícitos que no se negocian ni se prescriben de forma explícita pero que tienen un gran poder. Por ejemplo, un observador externo puede extrañarse al constatar que un chaval decide no ir fuera de su ciudad a estudiar lo que sueña y pensar que lo hace por miedo, por no separarse de sus amigos o cualquier otra razón, cuando lo que de verdad hay detrás es la presión invisible de no trasgredir la regla familiar de “los hijos trabajan en el negocio familiar”.    

Para que la familia tenga un funcionamiento estable, es necesario un equilibrio entre la flexibilidad y la estabilidad de las reglas, ya que habrá que adaptarse a los continuos cambios y adaptaciones que la familia habrá de afrontar para preservar su supervivencia.

Mitos familiares

Todas las familias poseen una serie de creencias sistematizadas y compartidas por todos los miembros al respecto de roles y reglas. Se trata de los “mitos”. Incluyen sobre todo las reglas implícitas, casi secretas y ocultas en el día a día de la familia  (Ferreira, A.J., 1971). Son potentes dinamizadores de las interacciones familiares y ningún miembro se atreve a vulnerarlas sin riesgo de ser excluido dramáticamente de la propia esencia de la familia. No se puede huir de ellos.

Un ejemplo: tenemos una familia donde el padre es considerado una persona débil, frágil y depresivo. Toda la dinámica familiar se estructura a partir de ese mito (cierto o no). Si él no toma decisiones, será la madre quien las tome, si no aporta nada en casa, serán todos los demás miembros quienes tengan que asumir las tareas que él no hace. Se asumirán roles para paliar sus carencias. Pero nunca nadie más podrá asumir el rol de “frágil y deprimido”, ya que de ser así habría un desequilibrio y se rompería la “homeóstasis”[1] familiar (Ausloos, G., 1980, Von Foerster, H., 1996).

Cada familia tiene sus propias necesidades “homeostáticas”, lo que deriva en que haya diferentes tipos de mitos (Stierling y Weber, 1990). Así, el mito “de la armonía” responde a la necesidad de presentar una imagen de felicidad familiar. Son familias aparentemente sin conflictos que en realidad esconden insatisfacción. O el mito de la “disculpa y reparación” donde una o varias personas son las que ocasionan todas las desgracias familiares. Todos los miembros liberan sus sentimientos de culpa sobre ellos. Y estos miembros pueden estar vivos o pertenecer a generaciones ancestrales, por ejemplo un abuelo malvado y alcohólico que arruinó a la familia. Por último existen los mitos de “salvación” que es precisamente la contrapartida del anterior: miembros cuya función familiar es la de salvar a la familia mediante acciones redentoras.     

Conclusión

Aunque de forma muy escueta, he querido describir los mitos familiares por considerar que, detrás de muchos conflictos familiares (de pareja, intergeneraciones, entre subsistemas, etc) se haya una mitología familiar concreta, contra la que no se puede luchar por cambiarla pero sí entender que las dinámicas relacionales que definen a las personas tienen un por qué, un origen que les supera. Conocer los roles, las reglas y los mitos nos ayudará a ser más tolerantes con las personas que nos rodean.

Es imperante dejar de “juzgar” a los demás a partir de nuestra propia mitología, de nuestras creencias heredadas. Por el contrario, el proceso de construcción de cualquier realidad ha de pasar por intentar conocernos unos a otros desde la premisa máxima del respeto y la sabiduría de que cada cual lidia con sus mitos.

¿Y por qué te cuento todo esto?

Mira el vídeo y lo sabrás:

Referencias

Andolfi, M. (1997). Tiempo y mito en la psicoterapia familiar. Paidós

Ausloos, G. (1980). Secretos de familia. Dialogue, 1980, 70:83-91.

Boszormenyi-Nagy, I. y Spark, G. (1973): Invisible loyalties. Reciprocity in intergenerational family therapy. New York: Harper and Row.

Ferreira, A.J. (1971): Mitos familiares en Interacción familiar T. Contemporáneo. Buenos Aires.

Minuchin, S. (1977): Familias y terapia familiar. Barcelona: Granica

Ríos, J.A. (1984): Manual de orientación y terapia familiar. Madrid: Instituto de las ciencias del hombre.

Stierling H. y Weber G., 1990 ¿Que hay detrás de la puerta de la familia? Editorial Gedisa. Barcelona

Von Foerster, H. (1996). Las semillas de la cibernética. Barcelona: Gedisa.


[1] La homeóstasis es un término acuñado desde la Cibernética de Segundo orden. Se trata de la capacidad de los sistemas a mantener ciertas variables estables, equilibradas y dentro de unos límites, a través de cambios en su estructura interna.

#ungestocambiatuvida

Entradas relacionadas

RIGIDEZ MENTAL

Ya he hablado en otras pildorillas sobre la dificultad que a veces tenemos para cambiar cosas de nuestra vida . En esta ocasión voy a

Leer »
Qué mal estamos todos

PODCAST ARAGÓN RADIO

Aquí tienes todos los programas de la última temporada de «QUÉ MAL ESTAMOS TODOS» en «La buena vida» con Jesús Nadador y Sara Lambán.

Leer »
Whatsapp icon
Pide información por WhatsApp