Si es que vaya temporadita nos está tocando vivir. Que si pandemia, que si volcán, que ahora la guerra… no sé vosotros, pero yo me noto como estresadilla, la verdad.
Todo esto nos deja en un estado como de nervios continuos, que no se nos van y nos dan una sensación de desastre terrible.
Te cuento algunos trucos para acabar con ello.
Beber. Nooo, no pienses mal, que lo que hay que beber es agua. Ya sé que en las pelis siempre se piden “un trago” cuando se llevan un susto o están en una situación estresante. Y seguro que funciona, pero luego la resaca puede devolverte a la realidad de forma muy cruel. Beber agua hace que te hidrates y que todos los nutrientes se administren mejor por tu organismo, lo que hará que tu cerebro también funcione mejor y por tanto no acumule tanto cortisol.
A mí me funciona muy bien intentar ver el problema desde otros puntos de vista, hago listados de pros y contras, de tareas para resolverlo…
Dedícate tiempo. Si siempre estás en compañía y no dejas tiempo para estar en soledad y pensar, pues tu cerebro se aturulla.
Si te acaba de pasar algo malo, abrázate a ti mismo durante 20 segundos, cierra los ojos y respira.
Y si ya estás en un ataque de ansiedad horroroso, hay un técnica muy buena que es la de centrarte por partes en cada uno de tus sentidos. Así:
Vista: mira a tu alrededor y nombra 5 cosas que veas.
Oído: concéntrate en 4 sonidos que estés escuchando.
Tacto: toca 3 cosas mientras piensas en ellas
Gusto: nombra una cosa que puedas recordar su sabor.
Y, sobre todo, si tiendes a estresarte con facilidad, lo mejor es que acudas a una terapia donde te enseñen a gestionar tus emociones. Yo tengo un programa muy chulo.
#ungestocambiatuvida