Cuando una relación se rompe, por lo general existe un «rechazador» y un «rechazado». La sensación de ser rechazado puede llevar a la persona a sufrir un «sock emocional» que se parece, en su proceso, al duelo por una pérdida. Se pasa por diferentes fases (parálisis, pena, culpabilidad, resignación…) hasta que se supera. Puede ocurrir que se cometan muchos errores por el camino, que se anclen sentimientos y creencias poco armónicos e incluso que haya un «encallamiento» en una de las fases sin conseguir pasar a la siguinete. Lo natural es que, tras unos meses todo vuelva a la normalidad, pero a veces se necesita un poco de ayuda profesional para superarlo.
SUPERAR UNA RUPTURA
