Hago míos algunos consejos de la terapeuta neoyorquina Sherry Amatenstein (2010) para que una pareja funcione:
– Estar en pareja para «no estar solo», no es una buena idea. Si el otro existe para que tu no sientas soledad, el peso de esa responsabilidad acabará por alejarle de ti.
– Si tu pareja te pide que cambies muchas cosas, esa exigencia puede que esté ocultando un miedo irracional a que le abandones.
– Si efectivamente cambias muchas cosas de ti para agradar a tu pareja, revisa tu autoestima.
– Si las peleas son muy «explosivas», el control de impulsos es un trabajo necesario.
– Es necesario evolucionar tanto juntos como por separado. Compartir expectativas sobre la vida y la pareja hace que el camino juntos sea más feliz.
– Cuidar el tipo de comunicación. Expresar sentimientos de forma asertiva a veces no es fácil, pero se aprende. La técnica del espejo es un ejemplo.
– Es un error estar pendiente de «quién da más». Dar sin esperar nada a cambio es más sano.
En general, cuanto más se trabaja a nivel emocional sobre uno mismo, mejor funciona la pareja porque no se necesita poner en ella toda la responsabilidad de la propia felicidad. Dejar pasar rencores y resentimientos para liberar la energía negativa que hace falta para mantener vivos esos fantasmas. Cuando lo consigues, como dice Sherry, «una gloriosa espaciosidad» se abre en la relación.
Cada vez estoy más convencida de que detrás de muchos problemas y conflictos está una relación de apego mal estructurada que genera dependencia emocional. Os recomiendo este artículo, lo explica muy bien: http://www.buenostratos.com/2016/09/apego-dependencia-emocional-y-patrones.html?m=1