Estamos viviendo tiempos difíciles en los que se manipulan datos, mensajes, informaciones y demás con fines no siempre lícitos. Es fascinante pararse a analizar, por ejemplo, el discurso de algunos políticos. Cómo “la manipulación puede producir efectos más allá de los contextos inmediatos del discurso, y volverse especialmente evidente cuando se la examina a lo largo del tiempo en lugar de hacerlo en un episodio individual del programa.” (Berlin, 2011). O analizar las estrategias que usa la publicidad para que terminemos comprando productos que no necesitamos (Toledano, 2006). El concepto “desinformación” se ha instalado entre nosotros (Rodríguez Andrés, 2018)
Hay personas que saben manipular muy bien a los que tienen alrededor para convencerles de lo que sea que a ellos o ellas les beneficie en un momento dado. El tema es que tú y yo nos damos cuenta de que nos están manipulando, vemos venir de lejos a esas personas y nos defendemos. Pero no todo el mundo tiene esa facilidad, así es que he decidido darle una vuelta a este tema, a ver si puedo ayudar a alguien a huir de las torticeras intenciones de una persona manipuladora.
Estas personas buscan siempre su propio beneficio, sin importarles las consecuencias negativas que pueda haber para los demás. Harán lo que sea para conseguir sus fines. No lo pueden evitar, es un hábito conductual que repiten y repiten hasta conseguir una destreza que las hace casi imperceptibles para algunos. Te envuelven en halagos que no esperas, buscan tu amistad cuando antes te ignoraban, buscan tus debilidades y las utilizan en tu contra, argumentan hasta el infinito hasta que cambias de opinión renunciando a tus objetivos e intereses, incluso cambiando tus valores, y si te resistes, tienen una especial habilidad para hacerte sentir culpable. Son personas que una y otra vez “adivinan” tus pensamientos porque parece que “te conocen muy bien”, aunque para protegerse ante tus protestas para defenderte de una crítica, acuden a la frase “es que no soy yo solo quien lo piensa”. Son expertos en triangulaciones “perversas”, es decir, crean alianzas con personas en contra de un tercero. Normalmente utilizan tu sentido de la responsabilidad y la solidaridad para darte pena y que hagas lo que quiere ella o él.
¿Te suena?
Las causas de tal comportamiento pueden ser variadas. Adolecer en la infancia de un modelo educativo que facilite un apego seguro (Jonason et al, 2013) o tener alta o baja inteligencia (O’Boyle, 2013), parece que te predispone a ser una persona manipuladora. Por otra parte, personas con alta inteligencia emocional tienen facilidad para poder manipular a los demás, pero que lo hagan con fines de beneficio propio y perjuicio ajeno, dependerá de lo oscura que sea tu personalidad, en fin, que tengas rasgos narcisistas y psicopáticos (Nagler, Reiter, Furtner & Rauthmann, 2014). Parece claro que las conductas manipuladoras tienen que ver con la capacidad del ser humano para adaptarse al entorno, aunque queda mucho por sondear en cuanto a porqué unas personas eligen pasar por encima de las necesidades de los demás en su propio beneficio (González, 2015).
Pero, como he dicho, a ti y a mí no nos las dan con queso, sabemos protegernos de su perniciosa influencia. Verificamos siempre la información que leemos u oímos, confirmamos los hechos y creamos entornos donde la transparencia haga inviable la manipulación. Si nos provocan, no entramos, pensamos bien antes de responder y no les damos información que puedan usar en nuestra contra. En definitiva, sabemos mantenerles a raya. No nos creemos sus mentiras.
La cuestión es cómo promover el pensamiento crítico en nuestras aulas y desde la educación familiar. Se hace necesario educar personas con capacidad crítica y pensamiento autónomo. La cuestión es cómo. Yo me pregunto si sería necesario formar al profesorado en habilidades específicas para ayudar a su alumnado a conseguir estas capacidades (Mejía et al, 2006). Pero ese es contenido para otra pildorilla.
Referencias:
Berlin, L. (2011). El Modelo Multinivel de Contexto: un marco para explorar la manipulación del lenguaje y la manera en que lo mediático y lo político se fusionan en un discurso híbrido. Discurso \& Sociedad, Vol. 5, nº 1 (pp.9-40). Extraído de http://www.dissoc.org/ediciones/v05n01/DS5(1)Berlin.html
González, F. R. (2015). La tríada oscura de la personalidad: maquiavelismo, narcisismo y psicopatía. Una mirada evolutiva. Revista Criminalidad, 57 (2): 253-265.
Jonason, P. K., Lyons, M., Bethell, E. J. & Ross, R. (2013). Diff erent routes to limited empathy in the sexes: Examining the links between the Dark Triad and empathy. Personality and Individual Differences, 54 (5): 572-576.
Mejía D., J., Orduz M., Peralta BM., (2006) ¿Cómo formarnos para promover pensamiento crítico autónomo en el aula?: una propuesta de investigación acción apoyada por una herramienta conceptual. Revista Iberoamericana de Educación, Nº 39, 6.
Moraga, F. R. G. (2015). La tríada oscura de la personalidad: maquiavelismo, narcisismo y psicopatía. Una mirada evolutiva. Criminalidad, 57(2), 253-265.
Nagler, U. K., Reiter, K. J., Furtner, M. R. & Rauthmann, J. F. (2014). Is there a “dark intelligence”? Emotional intelligence is used by dark personalities to emotionally manipulate others. Personality and Individual Differences, 65: 47-52.
O’Boyle, E. H., Forsyth, D., Banks, G. C. & Story, P. A. (2013). A meta-analytic review of the Dark Triad–intelligence connection. Journal of Research in Personality, 47 (6): 789-794.
Rodríguez Andrés, R. (2018). Fundamentos del concepto de desinformación como práctica manipuladora en la comunicación política y las relaciones internacionales. Historia y comunicación social, 23 (1), 231-244.
Toledano B., S. (2006). La neolengua de Orwell en la prensa actual. La literatura profetiza la manipulación mediática del lenguaje. Revista Latina de Comunicación Social, 62. Recuperado de: http://www.ull.es/publicaciones/latina/200601toledano.htm
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