Ahí van unos consejillos para ganarle la partida a esos momentos tan tensos que se generan cuando nos peleamos con nuestros hijos y alumnos:
-Evita entrar en «escalada». No entres en discusiones, mantén la calma y no levantes el tono de voz. Trata de hablar suave, no demasiado cerca y nunca reteniendo o agarrando.
• No prestar atención. En vez de «expulsar»,sugerir que si está nervioso o aburrido, tiene otras opciones: búsqueda de información complementaria en el ordenador, salir a buscar material a secretaría… Y en casa, decirle que se tranquilice en su habitación y de vezen cuando ir a ver cómo está.
• No debes tratar de quedar por encima, ni humillar, ni entrar en discusiones. Dejar claro que buscamos, cuales son las normas y las consecuencias de incumplirlas. Estas consecuencias deben ser lógicas. Por ejemplo:si no dejas dar la clase, deberás prepararun trabajo que entregarás a tus compañeros para que puedan tener el contenido de la lección que no has dejado dar. O en casa, si llegas tarde, se ha pasado la hora de la cena…
• Evitar situaciones que puedan generar o provocar la disrupción. Por ejemplo: no dar las notas de forma pública sino individual, o en casa, en vez de «ordena tu habitación» decir, «cuándo dijiste que ordenarías tu armario?
• Ejercer de modelo: Reconocercómo nosotros también cometemos errores. Pedir disculpassi es necesario. Y sobre todo, intentar no hacer lo que les pedimos que no hagan: llegar tarde, no comunicarnos…
• No prestar atención a faltas leves. Es muy destructivo para la autoestimade los niños el creerse controlado en todo momento
• Refuerzopositivo. Decir lo que nos gusta, decirles lo que los queremos…
• Y sobre todo, si eres profe, plantéate si tus clases son amenas. Y si eres padre o madre, revisa tu nivel de exigencia.
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