La crianza tiene muchos “frentes” abiertos: alimentación, higiene, hábitos, aprendizaje…
Lo que pasa cuando tenéis hijos pequeños es que todo el que ya los tiene grandes os da consejos de experto sobre el tema. Ni caso.
Hay preceptos “estándar” que podemos encontrar en los expertos de verdad : pediatra.
El resto, cada familia es un mundo.
Que si es mejor comer entre horas, que si no, que si no dejes que te manipule con una pataleta o al contrario, que le atiendas siempre cuando te demande atención. Que si los adolescentes corren peligros y hay que controlarlos o que les dejes a su bola….
Insisto: ni caso. Cada familia es un mundo porque se crean interacciones entre sus miembros únicas e irrepetibles. ¿Hay cosas en común? sí, claro. Pero los matices son los que marcan la diferencia.
Mi consejo: ser vosotros mismos. Si intentas forzar tu forma de ser al final saldrá y será peor. Si hay algo que quieres evitar de tu forma de educar, haz algo alternativo, no te empeñes en cambiar. Por ejemplo: si no has podido evitar dar ese grito o decir esa impertinencia que no es realmente justa… pide perdón, no te justifiques con “es que me sacas de quicio”. Sencillamente es un : “te pido perdón porque ese tipo de conducta no se justifica”.
Sé que es difícil porque pensamos que realmente ellos se portan mal y por eso nos desquiciamos. Eso nos lleva al siguiente punto: intenta conocer a tus hijos. No son ni como tu, ni como tu querías. Son personas a parte. Conócelos y dales la oportunidad de crecer contigo.
#ungestocambiatuvida
