Todos tenemos pensamientos que nos invaden la mente y no nos dejan vivir, verdad? nos levantamos por la mañana y ya nos decimos, “jo, cómo he comido este finde, seguro que me he engordado, nunca conseguiré mi objetivo, soy un desastre….”
A nuestro cerebro le gusta pensar y pensar y lo que hace es conectar las emociones con los pensamientos y la acción. Pero claro, son nuestras emociones más fuertes las que predominan, por ejemplo, el miedo o la rabia… nos invaden los pensamientos y nuestras acciones tienen que ver con ello.
No podemos parar de pensar, eso está claro, pero sí podemos manejar nuestros pensamientos de forma que no nos paralicen ni nos hagan sufrir.
Hay muchas técnicas que se pueden usar. Por ejemplo, la de escribir esos pensamientos insidiosos en un papel y leerlo solo un momento al día, así nuestro cerebro entiende que no es necesario recordarnos continuamente eso que nos preocupa, que hay un tiempo para ello.
También puedes prestar atención a tu cerebro y acto seguido forzar un pensamiento alternativo. Yo eso lo hago mucho cuando me estoy preocupando por mi hijo, por ejemplo. Le presto atención a mi miedo y acto seguido introduzco un pensamiento alternativo: no va a pasar absolutamente nada.
Llevarle la contraria al cerebro también es interesante. Hay una investigacion muy curiosa que demostro que las personas que se dicen a sí mismas “no puedo hacer esto” mientras lo hacen, tienen una ejecución mejor de dicha tarea. Lo podemos incluso entrenar. Lee la frase “no puedo caminar” mientras caminas. A ver qué pasa.
#ungestocambiatuvida