Hay estudios que demuestran que tener conductas de perseverancia y tolerancia a la frustración, o sea, de autocontrol, es predictivo de éxito académico (Duckworth, 2005; Moffitt et al, 2011).
Y el autocontrol se puede aprender. Se empieza por pequeñas cosas, como no comerte esa galleta que te llama a gritos o llevarte el movil de la habitación mientras dura tu sesión de estudio. Luego hay que aprender a ser perseverante. No mirar solo hacia el final del camino, sino pensar que el propio camino merece la pena vivirlo y aprender de cada paso que damos. La gratificación, nuestras metas alcanzadas, nos están esperando al final, pero disfrutemos de esas pequeñas cosas que nos ofrecen hasta los momentos más duros. Es decir, si estás estudiando algo que no te gusta, pues ponte metas pequeñas y a cada una que consigas, te das un premio. Por ejemplo, estudias 20 minutos a tope y luego descansas 5 haciendo algo que te guste.
#ungestocambiatuvida