Esta mañana me he encontrado con una amiga: Judith a la que saludo otra vez desde aquí.
Está trabajando en un supermercado de Huesca. Y me comentaba que la última moda entre los adolescentes es robar en los supermercados. Pero no roban chuches o alcohol. Roban pollo, cosas de limpieza… en fin cosas que en principio no les tendrían que interesar. Eso le hace pensar a mi amiga que lo que hacen es que sus madres los mandan a comprar y ellos para quedarse con el dinero para ellos, roban.
¿Qué nos dice esto? por un lado que necesitan dinero. ¿Para qué? pues dependerá en cada caso pero eso debería hacernos pensar que a los críos hay que darles, en la medida de nuestras posibilidades, dinero de bolsillo para que se compren lo que quieran, sin control. Ojo con que lo necesiten para cosas ilícitas.
Por otra parte dice mucho de la escala de valores actual. Aunque eso ya existía antes. El caso es que los que roban no son chavales que en principio parezcan necesitados, por lo que tiene que haber también algo de “moda”, de deporte de riesgo, vaya. Y como es un supermercado… quien roba al rico… se convierte en Robin Hood.
¿Y qué más nos dice? que los hijos e hijas, cuando salen de casa ya escapan de nuestro
control y en efecto, pueden equivocarse por muuucho que nosotros nos hayamos empeñado en darles una educación X. Por mucho control que queramos ejercer, yo creo que lo que mejor nos garantiza que podamos protegerlos de sus errores, es que tengan la libertad de hablar con nosotros sin el temor a ser censurados o juzgados.
Y ahora me voy a preguntarle a mi hijo si cree que tiene suficiente dinero con el que le doy, a ver qué me dice.
#ungestocambiatuvida