Si no quieres leer, mira el vídeo al final.
Todo esto de la pandemia está trayendo a nuestra sociedad cosas muy curiosas. Como esa tendencia a demonizar a la juventud porque son unos juerguistas irresponsables que nos están contagiando a todos el virus.
Bueno, que se piense que la juventud actual es peor que la de nuestra época, es algo que se repite de generación en generación. El primer escrito se retrotrae a Sócrates, cuando decía aquello de que “Ahora los chicos aman el lujo. Tienen malas maneras, desprecian la autoridad; no respetan a los mayores y prefieren la cháchara al ejercicio”
Sea cual sea tu opinión sobre la adolescencia y la juventud (aquí te dejo la mía: https://youtu.be/_Xbv96pF0Kw), lo que parece estar claro es que esa mala reputación que tienen los jóvenes entre los que no lo somos tanto es tan solo una ilusión, una impresión basada en sesgos cognitivos.
Tengo delante una interesante investigación que podéis ver aquí: https://advances.sciencemag.org/content/5/10/eaav5916
Lo que vienen a concluir es que estos “sesgos cognitivos” son básicamente dos:
1.- Que las personas que tenemos un don, que algo se nos da bien de forma natural, tendemos a ver lo que les falla a los demás en ese aspecto.
2.- Tendemos a olvidar cómo éramos nosotros a esa edad, porque nuestro cerebro nos da una imagen de nuestro yo del pasado con muchas características del yo actual. Y eso es, normalmente, un espejismo.
De hecho, yo en mi consulta he constatado que los padres y madres que son capaces de reconocer las semejanzas con sus hijos cuando tenían su edad, tienen una relación más sana con ellos, una comunicación más fluida y las muestras de afecto son más frecuentes con lo que eso conlleva de buen rollito en casa.
#ungesyocambiatuvida