LA CULPA DE LOS REBROTES LA TIENE SIMÓN

Antes de que me tachéis de loca o conspiranoica o cosas peores, vaya por delante que esto es una pequeña broma sin base científica alguna y que no tengo nada en contra del Sr. Simón, todo lo contrario, creo que es un buen tipo. Lo que pasa es que le ha tocado un papel complejo para el que no tiene aptitudes.

Pero empecemos por el principio. Supongo que estarán de acuerdo conmigo en que la comunicación es lo que da soporte a las relaciones humanas. Y la comunicación incluye todos los procesos a través de los que una persona influye en otras. Por tanto, los medios de comunicación cobran una especial relevancia a la hora de influir en el pensamiento y en la conducta de las personas. Hasta aquí, estamos de acuerdo, ¿si?

Y también es un hecho que el Sr. Simón ha estado y está en nuestras vidas en un momento clave de la historia, cobrando un protagonismo brutal. ¿Cierto?

Bien. Pues lamentándolo mucho, aunque a ustedes les haga mucha gracia, el Sr. Simón no solo se comunica mal, sino que abusa constantemente de un estilo comunicativo que, aunque gracioso, es altamente peligroso: el doble vínculo.

Me explico.

El antropólogo, científico social, lingüista y cibernético George Bateson y su equipo de Palo Alto, California (1956), estudiando familias de pacientes con esquizofrenia, desarrollaron la llamada Teoría del Doble Vínculo. Esta teoría hace referencia a las situaciones comunicativas en las que se reciben mensajes contradictorios. Se genera una especie de dilema en el que hagas lo que hagas, siempre te equivocas. Un ejemplo: esa madre que le dice lo mucho que quiere a su hijo, pero a la vez muestra rechazo con su gesto. Afecto y rechazo en el mismo acto comunicativo.

Pues eso hace Simón. Pongo ejemplos solo de esta semana, pero seguro que ustedes tienen mil más:

Miércoles 12 de agosto (Huffpost): “La carta de estas personas a mí no me parece ni bien ni mal”, comenzó diciendo Simón antes de añadir que hay “algunos detalles” que le llaman un poco la atención.

Jueves 13 de agosto (El Español): «Sí que es cierto que en algunas comunidades ha habido una presión muy importante. En Aragón, en Cataluña también, y en Madrid está subiendo, pero no está poniendo en jaque al sistema. Eso no significa que no haya un hospital en concreto con una situación más peligrosa, pero a nivel nacional no está pasando».

Mismo día (El Español): «Que lo llamemos segunda ola es semántico. No debemos buscar un término que nos genere más ansiedad de la cuenta. Podría serlo o no. Lo importante es que se está controlando bien, el peso en las comunidades va siendo variable».

Todos mensajes contradictorios, ¿verdad?

Profundicemos un poco más. Según Bateson, para que se de este fenómeno se han de cumplir una serie de condiciones que paso a analizar:

  • Que se dé entre personas significativas. Está claro que el Dr. Simón está jugando un papel crucial en esta pandemia.
  • Que se dé repetidamente. No hay comparecencia de Simón donde no haya uno o más mensajes de este tipo.
  • Un mensaje que no se puede rechazar o eludir. Como es quien es…
  • Otro mensaje que se contradice con el primero y que tampoco puede eludirse. Idem.
  • No se puede escapar de la situación. Es evidente que de esta pandemia no se escapa nadie. Y de escuchar a Simón, tampoco.

Ahora me pregunto: ¿lo hace inconscientemente? si es así, lo hará también en su entorno social y familiar y por tanto, comparezco a su familia y amigos. Y si o hace de forma consciente, es que hay detrás un manejo muy oscuro de la comunicación para volvernos a todos majaretas.

Y es que en realidad estamos actuando como dice la teoría del doble vínculo que pasa cuando se es víctima de este estilo comunicativo: erráticamente. Sentimos que hagamos lo que hagamos, todo va a estar mal, por eso vemos conductas tan contrarias a la lógica a nuestro alrededor y por eso se están produciendo los rebrotes.

De ahí mi título: Simón tiene la culpa.

Insisto en que esto es una broma… ¿o no?

#ungestocambiatuvida

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