Es muy normal que se me pida consulta para «ver a un niño o niña», porque no quiere ir con su padre o su madre cuando le toca, porque dice que le paga, o que no le hace caso…
Bueno. Lo primero de todo, quien tiene el problema sois los adultos, papá y mamá, porque si la criatura está así, es que algo va mal. Entonces, llevar al niño o niña a la consulta no tiene ningún sentido, a no ser que lo que quieras es que el profesional haga un informe constatando que la criatura no quiere ir por esto o aquello y eso elevarlo al juzgado como prueba contra la otra parte. Ya sé que los abogados lo piden, pero es un error.
El Colegio oficial de Psicólogos marca un Código Deontológico que le obliga a informar a ambos progenitores de que va a tratar a el o la menor. Y si uno de ellos se niega, evidentemente no puede tratarlo. Otra cosa sería que desde un juzgado se le de permiso aunque sea en contra de la voluntad de uno de los progenitores.
Existe un organismo oficial en los juzgados que se encarga de ese trámite a petición del juez encargado del caso. En Aragón tenemos el IMLA. Es tu abogado o abogada la que deberá elevar la petición de que se vea al o la menor porque hay sospecha de maltrato, dejadez, negligencia, abandono o lo que sea por la otra parte. Ese equipo está especializado en este tema.
Otra cosa es que, además de querer saber qué está pasando o creer que en realidad la otra parte lo está haciendo realmente mal, quieras que a tu hijo o hija se le eche una mano porque le ves sufrir. No es incompatible con lo anterior, pero lo mejor es que antes de someter a la criatura al escrutinio de un adulto desconocido (por majos que seamos los psicólogos), lo recomendable es que sean los adultos los que acudan al consejo del profesional para que les diga lo que es recomendable en estos casos.
#ungestocambiatuvida
