Rumores maliciosos, aislamiento del grupo, insultos, amenazas, robos, palizas….
Según elpais.com (febrero 2016), uno de cada 10 alumnos asegura que ha sufrido acoso escolar. El promedio en España es del 9,3%, Canarias a la cabeza, con un 18% de alumnos víctimas de acoso escolar. casi el 7% es ciberacoso.
La mayoría de los encuestados «agresores», al ser preguntados por la razón de actuar así, responden «no lo sé». Eso nos debería hacer reflexionar sobre la capacidad de gestionar emociones que tienen estos chicos y chicas.
¿Se acuerdan de esta frase?: «El hombre es un lobo para el hombre». Se le atribuye a Thomas Hobbes, filósofo inglés del Siglo 17. Pero en realidad la frase original es del comediógrafo romano Plauto (254 a.c.), que en su obra «Asinaria», donde relata la historia de un hombre supeditado al poder de su mujer, escribió (él en latín, yo lo voy a decir en castellano, que soy de ciencias): Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro.
Tanto Hobbes como Plauto reflexionan sobre ello en épocas de guerra.
Un poco más tarde, Freud reflexiona sobre los esfuerzos que la cultura se ve obligada a realizar para «poner barreras a las tenencias agresivas del hombre». Defendió que la tendencia a laagresividad es innata, y se «sublima» en hostilidad. Y esa hostilidad se disfraza de rivalidad, Y la rivalidad «legitima» la violencia
Sin embargo, ya somos muchos los que creemos…
Que Séneca tenía razón cuando decíaque «el hombre es algo sagrado para el hombre», lo que nos lleva a pensar que tanto la hostilidad como la empatía forman parte del ser humano.
Lo difícil es saber ponerle nombre a lo que se siente.
Un niño, un adolescente, está en una fase de su ciclo vital en la que le cuesta traducir emociones en sentimientos, donde la tristeza a veces se disfraza de rabia, tal como lo cuenta Jorge Bucay en su libro «Cuentos para pensar»:
Un bello día las 3 amigas Doña Rabia, Doña Tristeza y Doña Miedo decidieron darse un baño en un cristalino lago cercano.
Doña Rabia dejó su ropa en la orilla y furibunda entró y se enjabonó fuertemente destilando su veneno contra todo,
luego vino Doña Tristeza. Dejó su ropa en la orilla, se desnudó y entre lágrimas empezó a bañarse.
Finalmente Doña Miedo, con su temor irracional, escondió su ropa tras unos matorrales al temer que se la robaran. Se metió en el agua pero su baño fue fugaz pues le tenía miedo a todo…
Entonces, un espíritu travieso confirmó sus temores y se llevó sus ropas…
Doña Miedo, desesperada, aprovechó que sus amigas seguían en el agua, cogió las ropas de Dona Rabia y se fue corriendo,
Doña Rabia al notar que no estaba su ropa, cogió enfadada las ropas de Doña Tristeza y siguió su rumbo…
Desde ese momento la tristeza deambula desnuda y busca cobijo en el calor de las personas.
Estas personas, a veces, tienen en su interior agazapada la rabia, colérica y destructiva y además se encuentra temblando de susto Doña Miedo…
Es por eso que muchas veces el ser humano cuando está triste, en realidad lo que siente es rabia, rencor contra aquello que lo ha defraudado y cuando pensamos que está lleno de ira, de rabia explosiva en realidad es el miedo que se defiende,
que se esconde…
que lo paraliza…
que lo anula…
si existe violencia en las aulas es porque nuestros centros educativos no incluyen en sus guías docentes una educación que EVITE, ENTRE OTRAS COSAS, QUE LA RIVALIDAD SE DISFRACE DE VIOLENCIA
Diseñemos pues aulas donde se valoren y refuercen las fortalezas de todos y cada uno de los chavales para que en algún área, en algún momento, tengan la oportunidad de ser especiales, donde las emociones, agradables o no, sean reconocidas y gestionadas,
Así quizá la rivalidad se disfrace de colaboración en vez de en violencia.
Y NO OLVIDEN: La fuerza del valiente está en el corazón. Les animo a ver el vídeo «se buscan valientes» de El Langui.
En definitiva, creo que se trata de educar desde las fortalezas, no desde las debilidades. Perseguir el éxito compitiendo contigo mismo y no con los demás. Y que las emociones sean gestionadas por toda la comunidad educativa.