CAPÍTULO 3: CONECTA CON LOS DEMÁS
Bienvenidos al capítulo 3 de este tutorial que te ayuda a mejorar tu Inteligencia Social. Si no quieres leer, mira el vídeo de abajo.
En el Capítulo 1 hablamos de cómo conseguir seguridad y confianza. Aprendiste a buscar tu “valor motor”, a centrarte en tus fortalezas y a acomodar tus expresiones corporales.
En el Capítulo 2 aprendiste a comunicarte un poquito mejor, ordenando tu discurso de forma asertiva, no juzgando a los demás y poniéndote en una actitud de Escucha Activa.
En este capítulo vamos a aprender a empatizar con las emociones de los demás. De nada nos sirve comunicarnos bien y sentirnos seguros si aquello que comunicamos con tanta seguridad no conecta con las necesidades e intereses del que nos escucha, ¿no crees?
¿Eres de los que creen que los polos opuestos se atraen? Pues sí, estás en lo cierto, pero solo en el campo de la física. En las relaciones humanas funciona de otra forma.
Solemos conectar mejor con las personas que se parecen a nosotros. Si alguien nos gusta, tendemos incluso a emular sus acciones, sus pensamientos y sus gestos.
Entonces, si lo que quieres es conectar con alguien, utiliza ese hecho probado y haz un esfuerzo por “parecerte” a él o ella. Pero sin mentiras ni falsedades, ¿eh? En otra pildorilla ya os hablo precisamente de que hay que huir de ese tipo de manipulación cuando es torticera: https://youtu.be/KmCj_urOG0U
Se trata tan solo de imitar un poco sus gestos o repetir sus palabras, de forma sutil y ojo, solo las expresiones positivas, evita las negativas. El objetivo es que llegue el mensaje de que conectamos con sus emociones, no de que sufrimos tanto o más que él o ella. En este enlace tienes una investigación muy interesante al respecto: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0022103103000143
Y ahora algo que yo nunca consigo hacer por mi memoria de pez: aprenderte los nombres. Está probado que se conecta mejor con los demás si durante la conversación dices su nombre de vez en cuando. Es lo primero que te enseñan en un entrenamiento de liderazgo o de habilidades comerciales. ¿Y sabes por qué? Pues porque nuestro nombre es nuestra palabra favorita. De hecho, los niños aprenden antes las letras que forman su nombre que el resto del abecedario.
Si eres como yo y no te acuerdas de los nombres fácilmente, prueba a repetirlo en voz alta cuando te lo dicen, eso facilita el recuerdo. O buscar una asociación entre el nombre y el físico. Es difícil, la verdad. Qué fácil lo tenían los indios americanos cuando llamaban “toro sentado” a un tipo que se pasaba el día meditando con su gorro de cuernos de toro…
Pues hasta aquí este minitutorial para que mejores tu Inteligencia Social.
Recuerda que todos estos consejos son generales, hay a los que les servirán y a los que no. Para de verdad mejorar en tu Inteligencia Social (y en cualquier cosa), debes tener un entrenamiento personalizado.
#ungestocambiatuvida
