MIEDO ADOLESCENTE

No hay nada que estimule tanto el miedo como la imaginación. Es por eso que es ser humano es el ser más miedoso. Porque podemos usar la imaginación.

Miedo al futuro, miedo a no encontrar pareja, miedo a la muerte de los padres y miedo a no ser aceptado, son los miedos más frecuentes en los adolescentes.

La definición de éxito que se les inculca les genera una presión impresionante. Muchos abandonan antes de intentarlo ya que no se creen capaces de conseguirlo.

De hecho, hay más ataques de ansiedad que nunca, sobre todo en Bachiller. El miedo a no ser capaz de enfrentarse a ese éxito que se supone les espera, genera angustia.

“La angustia es la conciencia de la posibilidad” dijo no sé quién. Lo que pasa es que el miedo a tomar decisiones hace que algunos se refugien en las rutinas, en lo conocido. Y una parte de la población adolescente opta por no enfrentarse a la creatividad, a esa angustia y se anclan en el conformismo de hacer lo que se supone que han de hacer y esperar al fin de semana para despendolarse y tener la falsa sensación de libertad que da el alcohol, por ejemplo.

Permio Nobel François Mauriac dijo “Hay que tener el espíritu duro y el corazón blando”. Tendremos que tomar decisiones que tengan que frenar al corazón, al miedo.

Pero los miedos han cambiado. Ahora el miedo es a la incertidumbre. Les decimos que las profesiones que ahora conocen, van a cambiar, que el entorno va a cambiar… que se les va a exigir un nivel de flexibilidad y adaptación al cambio tremendo. Y eso da miedo.

Competir da miedo y es esa la sensación que tienen nuestros jóvenes. Que van a competir, pero un poco a ciegas. Estudie lo que estudie, quizá no lo consiga. Me estoy perdiendo los mejores años de mi vida sin saber si voy a sacarle una renta. Se están moviendo con la palabra “crisis” en todo lo que tocan.

Benjamín Prado (novelista) dijo “el miedo viene de dentro. El cobarde es el que se queda al servicio del enemigo, no el que huye”. Una persona puede ser muy miedosa y al mismo tiempo muy valiente. El miedo es una emoción y como tal, automática e involuntaria. Lo que haces con ese miedo es lo que te define como cobarde o valiente.

Marina: “El mejor aliado del miedo, es el silencio”. En cuanto te abres y hablas de tus miedos, éste se diluye.

Con el miedo pasa como con todas las demás emociones: debemos identificarlo, ponerle nombre y decidir qué hacemos con él y no dejar, por ejemplo que se disfrace de rabia o de tristeza, como dice el cuento de Bucay: https://youtu.be/GJdgEBkpF4M

Lo importante del miedo es saber cuándo hay que tenerlo, con qué hay que tenerlo y cuánto ha de durar.

Y aterrizamos en lo mismo de siempre: la importancia del entrenamiento en inteligencia emocional.

#ungestocambiatuvida  

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