DE CÓMO TE CONVIERTES EN UNA SOMBRA

En otra entrada explicaba la importancia de los Mitos Familiares. Esta vez voy a contaros un caso concreto, inventado, pero que es mezcla de varios casos que tengo actualmente en consulta.

Chica, 16 años, 1º de Bachiller. La vamos a llamar Noelia, “Noe”, para los amigos. Buena estudiante, mucho esfuerzo y resultados medio-altos en expediente académico. Los padres, muy preocupados, piden cita para ella (en realidad es ella la que les pide que llamen) y refieren que  la ven agobiada, ansiosa, aislada, huraña y deprimida. 

En la primera sesión yo siempre hago lo que llamamos un Genograma, que es una especie de mapa familiar de tres generaciones. Mientras lo hago descubro que Noe pertenece a una familia en la que al menos dos generaciones por encima de ella son todo personas con titulación universitaria y con éxito profesional. Ingenieros, informáticos, químicos… todo lo que se podría definir como “carrerones”. Noe me explica que en su casa “hacer Magisterio está mal visto. Es como una carrera fácil, que no requiere mucha capacidad ni mucho esfuerzo”. A todo esto, yo tomo mis notas: “mito familiar: esfuerzo + capacidad = éxito”

Yo le pregunto sobre sus planes de futuro, sobre cómo se ve de aquí a 5 años, por ejemplo. Y Noe me explica que no lo ve, que ella no tiene ni idea, pero que alguna carrera tendrá que hacer sí o sí. A mí, como profesional universitaria doctorada que nunca ha bajado de un notable me parece que Noe es “de las mías”.  Pero como profesional responsable sé que esa sensación me la dicta mi sistema límbico, que a veces no es el mejor consejero.

En realidad, lo que pasa es que Noe sufre porque tiene 16 años y no sabe quién es. Y quiere saberlo, pero no puede porque está inmersa en un sistema relacional que le dicta, con la mejor de las intenciones, lo que debe ser y sentir. “Menos de un notable es que no te esfuerzas”, “estudiar Magisterio o Artes es para perdedores” “los PérezGutierrezGonzález somos intelectuales, nada de manuales” “si quieres ser libre, has de estudiar”… todo eso, desde que naces, genera un sesgo cognitivo: o eres Universitario, o no eres.

Y eso no está ni mal ni bien, porque en todas las familias existen mitos. Y los mitos son buenos porque le dan sentido a tus acciones, a tus planes, a tus relaciones.

Pero a veces no es así. A veces se convierten en un yugo, en unas esposas muy ceñidas que te molestan, que te duelen, que te reducen a ser preso o presa de algo que no has elegido tú, como si hueras cometido un delito sin darte cuenta y te castigaran por ello.

Noe saldrá de esta, por supuesto, de eso nos vamos a encargar sus padres y yo. Porque sus padres la quieren ver feliz. Pero se equivocan en pensar que lo que a ellos les ha servido, le sirve también a su hija. A veces pasa, pero a veces no. Es el caso de Noe, que necesita buscar su propio camino, su sentido de vida, su potencial, sus fortalezas, sus sueños. De momento solo se siente sombra.

Y ser sombra es muy pero que muy gris.

¿Y cómo evitarlo? Pues aplicando la ciencia, amigos míos. La ciencia y la conciencia, que eso que deberíamos tener todos los que trabajamos con personas con el objetivo de ayudar. Pero eso os lo explico en otra pildorilla. #ungestocambiatuvida     

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