TRUCOS PARA NO VOLVERTE MAJARA

Trucos para no volverte majareta

¿Sabías que es súper perjudicial  someter a tu coco a tanta información y desinformación, estar siempre haciendo “algo”, sin dedicarle tiempo a sencillamente “pensar”? Pues sí.

En mi afán de cuidar de tu salud mental, me he atrevido a hacer esta pildorilla para aconsejarte.

Podría explayarme diciéndote todo lo que haces mal y por tanto tienes que dejar de hacer.

Pero eso sería contraproducente porque es sabido que es mucho más efectivo decir lo que se puede hacer que lo que no se puede hacer.

Así es que allá voy. Desde hoy y hasta el día que dejes de existir, te recomiendo que, para mantener una buena salud mental, aparte de mandar a tu jefe a cazar gamusinos, te propongas hacer algunas de estas sencillas cosillas:

  • Todos los días dedícale tiempo a hacer algo que te gusta: leer, bailar, escuchar música, cocinar… entre 15 y 60 minutos estaría bien. Recuerda: todos los días.
  • Agéndate la vida. Ya sé que esto suena muy normativo, pero tu cerebro necesita descansar de la función ejecutiva de la planificación. Si te lo apuntas todo en una agenda, esa parte de tu cerebro puede descansar.
  • Selecciona los contenidos audiovisuales que ves. Por suerte, ya no tenemos la necesidad de sentarnos ante una pantalla y “lo que nos echen”. Ahora puedes seleccionar lo que ves y oyes. Aparta la telebasura de tu vida. De verdad que repercute negativamente en tu cerebro.
  • Para evitar el ruido ambiente, ponte tapones, no caigas en la tentación de subir el volumen de tus auriculares. Someter al cerebro a tanto estrés auditivo te puede pasar factura.
  • Piensa que “hacer nada” es buena cosa, deja de sentirte culpable por eso. Te recomiendo que al menos una tarde o dos a la semana las dediques al placer del «Il dolce far niente». Verás cómo esa depurativa práctica te trae soluciones creativas a tus problemas del día a día.

Y, el consejo que nunca te han dado y el que más beneficios traerá a tu cerebro:

Date “permiso”. Mi gran amigo y mentor Jorge de Vega, en una sesión de supervisión de una de las terapias que yo conducía allá por los años 90,  al verme atascada,  me dijo: “Esther, eres buena terapeuta, pero a veces has de darte permiso para ser tú”. Desde entonces lo hago. Y no me va nada mal.

Date permisos para hacer lo que tu intuición te dice. Aléjate de lo que se supone que debes hacer, de convencionalismos, de lo que se espera de ti. No es rebelión (que también), es permiso. Si te equivocas, reconduce a partir de lo aprendido.

Tengo más, pero se salen de una pildorilla.

#ungestocambiatuvida     

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