Una vez más, mi amigo del face, F Javier Rivas, en uno de sus post, me sirvió de inspiración al preguntarse el porqué de algunas conductas humanas. No recuerdo muy bien a qué venía, pero el caso es que nos hizo preguntarnos de dónde nos viene esa tendencia morbosa que tenemos algunos humanos, bueno, unos más que otros, porque yo por ejemplo, huyo de algunas escenas que a algunos parece que les encantan, como por ejemplo, un accidente de coche que mucha gente frena excesivamente o incluso para a mirar, generando los embotellamientos consiguientes en la carretera de forma innecesaria porque ya se ve que las ambulancias están ahí y que la carretera está libre.
Me refiero a esa necesidad de ver, sentir, oír, oler o interactuar de alguna manera con lo que socialmente se cataloga como prohibido o proscrito. Es la transgresión como forma de placer.
Y es que el tema ha despertado interés por la ciencia, no os creáis. Hay un estudio muy curioso (Aluja et al, 1993) que es réplica española de uno anterior estadounidense (Zuckerman y Litle, 1986), que indican que hay ciertos rasgos de personalidad asociados a esa tendencia a sentir atracción por escenas violentas, terroríficas o sexuales. Las personas que puntúan alto en el rasgo de personalidad “Búsqueda de sensaciones”, son las que parece que buscan este tipo de escenas reales o ficticias. Y es porque buscan subir sus niveles de catecolaminas (adrenalina, noradrenalina y dopamina) en el cerebro, es decir, las hormonas que generan como energía, bienestar de alguna forma.
Estos mismos autores, más tarde, estudian el tema para ver si este tipo de personalidad se daba más en personas delincuentes. Y encontraron que sí, efectivamente, que entre la población delincuente hay más personas con ese rasgo de personalidad desinhibida y curiosidad por temas morbosos (Aluja et al, 1995).
Y como tiene que ver con las hormonas y el placer, es decir, con aspectos emocionales que correlacionan con rasgos de personalidad, está claro que algo de genética e incluso epigenética hay en este asunto (Wake Forest University, 2012).
El tema es saber si esa tendencia podría regularse y así nos evitaríamos que los medios de comunicación usasen esa parte oscura de muchos seres humanos para “vender” noticias de esa forma morbosa que al resto nos hacen daño. Recuerdo una cruenta campaña de tráfico que se hizo cuando yo era jovencita y me movía en moto. Me dejó marcada para siempre. A mí, en vez de persuadirme de hacer locuras, lo que hizo fue que cogiera un miedo atroz, miedo que antes no tenía. ¡Eso no se hace!
#ungestocambiatuvida
Referencias
Aluja Fabregat, Antón; Torrúbia, Rafael. (1993) . Relación entre variables de personalidad e interés por temas morbosos y sexuales en los mass media: réplica del estudio de Zuckerman y Litle en una muestra española. Revista de psiquiatría de la Facultad de Medicina de Barcelona, 1993, vol. 20, núm. 2, p. 71-80. http://hdl.handle.net/10459.1/30308.
Aluja Fabregat, Antón; Torrúbia, Rafael. (1995) . Curiosidad hacia temas sexuales y/o de horror y personalidad desinhibida en delincuentes y no delincuentes. Psiquis: revista de psiquiatría, psicología y psicosomática, 1995, vol. 16, núm. 6, p. 22-30. http://hdl.handle.net/10459.1/23824.
Wake Forest University. (2012, March 1). Beauty has a dark side: Morbid curiosity explained. ScienceDaily. Retrieved October 21, 2020 from http://www.sciencedaily.com/releases/2012/03/120301083415.htm
Zuckerman, M., & Litle, P. (1986). Personality and curiosity about morbid and sexual events. Personality and Individual Differences, 7(1), 49-56.