Hace un tiempo tuve un caso de una chavalica de 16 años cuyos padres estaban muy preocupados porque empezaba a hacer lo típico que hacen las y los adolescentes: empezar a flirtear con el alcohol y otras cosas, salir con chicos y chicas que no conocen sus padres, a desobedecer normativas que antes estaban claras, como la hora de llegada, los horarios en casa, las tareas del hogar…
Padrea muy preocupados por pensar que su hija se estaba desviando del buen camino de forma irremediable.
Cada familia es diferente y por tanto no se puede generalizar. Lo que pasaba en esta familia es que la mamá era una “Gran Volteadora” y el papá también era un “Gran Volteador”. Os preguntaréis qué es eso. Os voy a poner un extracto de la de la película “Aníbal” donde explica qué es esto de los grandes Volteadoras.
El tema es que cuando una madre potente y un padre potente, digamos de alto nivel sociocultural, muy autoexigentes y normalmente exitosos a todos los niveles, pues lo que hacen es pensar que su hija va a ser una Gran Volteadora también. Entonces, cualquier cosa que haga que no cumpla con esa expectativa, pues les hace ponerse en guardia e intentar “enderezar” su vuelo: demasiadas normas, demasiado sermones, estar muy encima mostrando mucha desconfianza en ella… lo que repercute directamente en la autoconfianza de la criatura y por tanto, que meta la pata más de lo que sería esperable siendo hija de dos grandes volteadoras.
Conclusión: si sois “Grandes volteadoras” confiar en la genética que, aunque la adolescencia tiene sus peligros y hay que estar al loro, a veces hay que dejar que se la peguen para que aprendan un poco.
De eso, de cómo hacerlo, ya hablamos otro día, ¿vale?
#ungestocambiatuvida