¿Ya no os divertís juntos? ¿La rutina se ha apoderado de vuestra vida? ¿Miráis la tele mientras coméis o cenáis? ¿Estáis como desconectados entre vosotros? ¿Ya nada es lo mismo en vuestra relación? ¿Ya le ves más como un hermano que como tu pareja? ¿Las relaciones sexuales ya brillan por su ausencia?
Habéis llegado a la indiferencia. Si, os queréis, pero es todo taaan aburrido, tan previsible…
Le deseas lo mejor, pero ya no te pone nadita.
Eso significa que se ha acabado el amor, pero solo el amor romántico, porque el compromiso puede seguir allí intacto, sigues sintiéndote miembro de una pareja.
Lo fundamental en estos casos es saber si seguís teniendo un proyecto común, si vuestra comunicación es fluida y respetuosa y si sigues teniendo curiosidad por conocer al otro. Esto último puede parecer una tontería porque crees que le conoces muy bien porque lleváis muchos años juntos, pero ten en cuenta que tanto tú como él o ella habéis ido evolucionando en la vida y quizá en algún momento os habéis perdido la pista y habéis hecho como si todo fuese normal, en vez de hablarlo.
Si después de revisarlo todo, sigues pensando que esta relación no te aporta nada, lo mejor es ser valiente afrontarlo y superar la ansiedad y tristeza que genera una ruptura.
Pero eso ya te lo cuento en otra pildorilla.
#ungestocambiatuvida
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