LO QUE SEA POR SER FAMOSO: EL SÍNDROME DE ERÓSTRATO

Eróstrato fue un personaje de la antigua Grecia. Nada que ver con Platón o Aristóteles ni nada por el estilo. Se hizo famoso por quemar lo que entonces se consideraba una de las 7 maravillas del mundo: el templo de Artemisa de Éfeso. Aunque se intentó ocultar la autoría de la fechoría, lo que se consiguió fue justo lo contrario: alimentar el morbo y hacerlo famoso. Pero ese es otro fenómeno.

El tema es que hemos llegado a un límite en el que todo vale por saltar a la fama, hacerte influencer, ser top troping, hacerte viral, etc. El llegar a las masas se ha convertido en un valor en sí mismo. Por encima de la autenticidad, la transparencia o la honestidad.

¿Y por qué es tan poderoso esto? Por un lado tiene que ver con la propia esencia humana que nos empuja en la adolescencia a querer definir nuestra autonomía e identidad (ya lo expliqué aquí: https://youtu.be/ByMEE-Y6uto)

Por otro lado, se ha creado una distancia enorme entre la gente “normal” y los famosos. Y es también humano desear acortar dicha distancia. Parecerte a tus referentes.

Y por otro, parece que es relativamente fácil conseguirlo. De ahí en síndrome de Eróstrato.

El problema es que a veces los atajos para conseguirlo no son del todo buenos. Lo vemos en las series policíacas donde se analiza la psique de los asesinos en serie que lo que buscan es atención, en atentados terroristas que buscan difundir su mensaje… Y a pequeña escala en nuestros institutos donde los adolescentes hacen de todo para hacerse “virales”, como grabar una paliza a un compañero, etc.

Yo creo que sería conveniente educar en este aspecto. Que nuestros niños aprendan que ser popular, que la gente te acepte, tiene que ver más con la Inteligencia Social que con producir “ruido” sea como sea.  

Y otras estrategias educativas que evitarían llegar a estos extremos. No te pierdas nuestro encuentro con Pau Ruiz en un «entre h olas» con Patricia Tisner:

#ungestocambiatuvida    

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