Ya Bauman (2012) hablaba del “amor líquido” al hablar de ese tipo de relación frágil, que no se sustenta en el compromiso. Y las RRSS han venido a complejizarlo todo mucho.
Ya he expresado otras veces mi preocupación por cómo está cambiando el cuento en esto de las relaciones de pareja. El cambio se va produciendo desde hace tiempo, pero esto de la pandemia lo ha acelerado bastante. Aquí hablo de ello un poco: https://estherclaver.com/2020/11/09/sexo-en-pandemia/
Y me parece que merece la pena pararse un poco a pensar sobre ello, ya que veo en consulta personas bastante destrozadas por algunas malas prácticas en esto del amor en red (yo ya he explicado en alguna ocasión por qué nunca de los nuncas me he prestado a este tipo de práctica: https://estherclaver.com/2019/08/26/por-que-no-estoy-en-tinder/)
Para empezar es que ya no se tienen relaciones. Ya no somos ni amigos, ni novios, ni amigovios. Ahora estamos en “situationship”, es decir, “en una situación”. Esta indefinición trae problemas (algunos los he tratado ya en otras pildorillas: https://estherclaver.com/2020/01/27/amor-sin-etiquetar-libertad-o-esclavitud/) (González, S. C. ,2017; Sánchez-Sicilia, A., & Cubells, J., 2018).
Al ya conocido “ghosting”, se le unen ahora el “breadcrumbing”, el “benching” y el “cushioning”. A mí no me gustan nada los anglicismos, pero es lo que hay.
Vamos a analizarlos un poco:
Te hacen “ghosting” cuando pensabas que tenías una incipiente relación y de repente, sin explicación alguna, la otra parte desaparece del mapa. Te bloquea en todas partes y chispun. Es una forma genial de acabar con un proceso sin tener que dar la cara. Yo en vez de Ghosting lo llamaría cobardía, sin más. La víctima se suele quedar muy tocada en su autoestima y la consecuencia es que luego ya no se fía de nadie.
“Breadcrumbing” significa algo así como “darte migajas de pan”. Es verdaderamente perverso. Yo lo llamaría “una de cal y otra de arena”. Es dar esperanzas de forma que la otra parte va teniendo cada vez más interés. Un mensaje chulo con doble sentido al inicio de la mañana y luego un gélido silencio hasta el día siguiente, que como si nada hubiese pasado, se vuelve a mandar otro mensaje insinuante, seguido de un mes de silencio. El que lo hace lo que quiere es que no le olvides, pero no porque le gustes, sino por puro narcisismo. La víctima puede caer fácilmente en la trampa de insistir e insistir para recibir más migajas. Un drama.
En cuanto al “benching” (dejarte en el banquillo), lo sufren quienes se quedan como en tierra de nadie. La persona que lo practica suele salir con otras personas y te deja allí, en la recámara, por si un día no tiene plan. La víctima podría hacer lo mismo, pero no suele. Porque es honesta con sus emociones y este mal entrenador que le deja en el banquillo le mola de verdad.
Y por último, el “cushioning” (cush es cojín en inglés) te pasa cuando alguien está contigo en una relación estable pero a la vez se está preparando otra por si acaso esta sale mal.
Me diréis que en realidad esto ha pasado siempre. Y es verdad. En las relaciones “en persona”, se da, pero se da menos y la cosa dura bastante menos normalmente. Usando las redes la cosa se complica ya que se usa un lenguaje que aún no dominamos del todo ya que no es el lenguaje natural. En palabras e imágenes las cosas no son tan evidentes como en persona.
Además, el que el ignorar y ser ignorado de estas formas sea algo natural, hace que la persona se despersonalice. Es como que tener sentimientos no esté de moda. Perdemos la empatía a base de no usarla (Bonavitta, P., 2015)
Cómo evitar caer en algún “ing” de estos. Primero y principal has de ser consciente de tus propias necesidades. Si tienes demasiada necesidad de pareja, eres una víctima muy fácil. Mi consejo es que no te lances pronto a imaginarte en el altar, no interpretes cosas donde quizá no las haya, prueba la objetividad. No te digo que te vuelvas una persona desconfiada, pero sí que no te fíes de lo que te dice un cerebro lleno de oxitocina (el tuyo).
Y es que ligar en tiempos de Covid ya es bastante difícil como para que encima se complique más la cosa con estos malditos “ing”. Aquí hablo de eso: https://estherclaver.com/2020/09/16/otro-miedo-juvenil-ligar-en-tiempos-covid/
Me preocupa esta juventud a la que le estamos dejando un mundo lleno de enfermedad, pobreza y ahora encima, de incertidumbre social, donde algo tan doloroso como el rechazo, se normalice y adquiera tan dispares y torticeras formas.
En este video hablamos con Patricia Tisner de estas cosas, no te lo pierdas:
#ungestocambiatuvida
Referencias:
Bauman, Z. (2012). Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Fondo de cultura económica.
Bonavitta, P. (2015). El amor en los tiempos de Tinder. Cultura y representaciones sociales, 10(19), 197-210.
González, S. C. (2017). Amor romántico, amor confluente y amor líquido. Apuntes teóricos en torno a los sistemas sociales de comunicación afectiva. Eikasia: revista de filosofía, 77, 141-151.
Sánchez-Sicilia, A., & Cubells, J. (2018). Amor, posmodernidad y perspectiva de género: entre el amor romántico y el amor líquido. Investigaciones feministas: papeles de estudios de mujeres, feministas y de género, 9(1), 151-171.